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12/13/2012

Encadenados a siete manos

Ejercicios del martes 11 del 12 de 2012


Mientras salía el sol de nuevo, el pesado de Klaus continuaba regando la rosa. Era el personaje más pesado que había encontrado en mis letras, aún así, me casé con él. Me casé el lunes y el martes me divorcié. Sí, martes, martes y trece. Y me quedé con toda la herencia, perdón, olvidé mencionar que lo maté. Luego comprobé que solo tenía unas llaves (Klaus en valenciano). Pero no perdí la esperanza de que estas llaves perteneciesen al gran castillo de Xàtiva, del que tanto hablaba. Cuál no sería mi sorpresa cuando ¡horror! allí apareció, de nuevo, Klaus, con su rosa en la solapa. Quise arrancársela, pero no hubo manera, la flor era más fuerte que su piel.


El señuelo lo lanzó Fran y Nico, Ana, Francesc, Mª Ángeles, Ely y Jose Luis, entraron al trapo.

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En caso de encontrarse fortuitamente con un oso, los expertos aconsejan mantener la calma. El animal tiene dos metros de alto y pesa 500 kgs. Si no te has quedado afónico, recomiendo cantarle el ¡Ay, Macarena!, y verás que te sigue el rollo y bailará contigo hasta el agotamiento. Si no te encuentras con un oso, puedes probar con un caniche para entrenar la voz. La cuestión es amar a los animales, como lo hacen en mi pueblo los pastores con sus ovejas y en la ciudad con las zorras. Días o meses después, los hospitales se llenarán de corderos con dos patas y mujeres que andarán a cuatro.


Al osado de Francesc le siguieron Mª Ángeles, Ely, Jose Luis, Fran, Nico y Ana.

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Ana fue la única superviviente del cataclismo, los demás se extinguieron entre líneas. Pero no importaba, los demás merecían morir entre terribles sufrimientos. Todos menos yo, que era la única capaz de escribir una frase reticente a las críticas. Es que, por si no os habéis dado cuenta, soy una superheroina, aunque más una supernova que acaba de explotar y que exhibe su desnudez sin pudor, cuando no tiene público delante, sino detrás: o sea, cuando le sigue la policía se entretiene disfrazándose de Burt Reynolds y, de esta forma, consigue darle esquinazo y escribir un buen punto final. Hoy, más que nunca.

Al final, Ana sobrevivió, gracias a las letras de Francesc, Mª Ángeles, Ely, Jose Luis, Fran y Nico.






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