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12/13/2012

Encadenados a siete manos del día 11/12/2012



No hubo manera de parar aquel último apocalipsis, pero las diosas del Olimpo bailaron desnudas ante Zeus para que convenciera a diosito de que se uniese a la fiesta. Allí estaban todos: Chiquito de la Calzada, Aznar, Michael Jackson… Y desde ese momento el mundo se convirtió en una pista de baile gigante donde Jonh Travolta se convirtió en la star system. Sandy todavía lo está esperando vestida de cuero negro subida a la noria de Afrodita. Maldita botella de vino. El Zurdo nos ha dado gato por liebre. Me temo que hay que hablar con Juanjo para que a la próxima sirva Agua de Rosas.




Crimen perpetrado por Elysa, José Luis, Fran,  Nicolás, Ana, Francesc, Mª Ángeles

Encadenados a siete manos

Ejercicios del martes 11 del 12 de 2012


Mientras salía el sol de nuevo, el pesado de Klaus continuaba regando la rosa. Era el personaje más pesado que había encontrado en mis letras, aún así, me casé con él. Me casé el lunes y el martes me divorcié. Sí, martes, martes y trece. Y me quedé con toda la herencia, perdón, olvidé mencionar que lo maté. Luego comprobé que solo tenía unas llaves (Klaus en valenciano). Pero no perdí la esperanza de que estas llaves perteneciesen al gran castillo de Xàtiva, del que tanto hablaba. Cuál no sería mi sorpresa cuando ¡horror! allí apareció, de nuevo, Klaus, con su rosa en la solapa. Quise arrancársela, pero no hubo manera, la flor era más fuerte que su piel.


El señuelo lo lanzó Fran y Nico, Ana, Francesc, Mª Ángeles, Ely y Jose Luis, entraron al trapo.

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En caso de encontrarse fortuitamente con un oso, los expertos aconsejan mantener la calma. El animal tiene dos metros de alto y pesa 500 kgs. Si no te has quedado afónico, recomiendo cantarle el ¡Ay, Macarena!, y verás que te sigue el rollo y bailará contigo hasta el agotamiento. Si no te encuentras con un oso, puedes probar con un caniche para entrenar la voz. La cuestión es amar a los animales, como lo hacen en mi pueblo los pastores con sus ovejas y en la ciudad con las zorras. Días o meses después, los hospitales se llenarán de corderos con dos patas y mujeres que andarán a cuatro.


Al osado de Francesc le siguieron Mª Ángeles, Ely, Jose Luis, Fran, Nico y Ana.

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Ana fue la única superviviente del cataclismo, los demás se extinguieron entre líneas. Pero no importaba, los demás merecían morir entre terribles sufrimientos. Todos menos yo, que era la única capaz de escribir una frase reticente a las críticas. Es que, por si no os habéis dado cuenta, soy una superheroina, aunque más una supernova que acaba de explotar y que exhibe su desnudez sin pudor, cuando no tiene público delante, sino detrás: o sea, cuando le sigue la policía se entretiene disfrazándose de Burt Reynolds y, de esta forma, consigue darle esquinazo y escribir un buen punto final. Hoy, más que nunca.

Al final, Ana sobrevivió, gracias a las letras de Francesc, Mª Ángeles, Ely, Jose Luis, Fran y Nico.






12/12/2012

El jardinero

Entre los grises escombros asoma una rosa blanca. La radioactividad residual y las caóticas explosiones subterráneas no impiden que Klaus, único superviviente, continúe regándola asiduamente: su hermosa flor de tela.

Grabación

Rosa de palabras sin sonidos... El estruendo de los jinetes lo sacude todo... Caen casas y edificios... Continúo... Pero ¿qué es eso...?: Tres seises viajan directo a mi corazón... ¡Aaaaah!



Texto presentado como deberes del taller: aquello de apocalipsis entre 20 y 30 palabras que incluyera la palabra rosa.

Encadenado del día 27/11/2012



No le toco la lotería, pero eso no fue motivo de que no le regalara el anillo que ella tanto había deseado. Era un hombre de múltiples recursos. Fue a casa de su madre y rompió la hucha que ella guardaba bajo la cama con los ahorros para una dentadura. Deberás seguir tomando sopa un año más al menos, mamá, masculló por lo bajini cuando cerró la puerta con tal fuerza que el polvo que salió de los ancianos huesos dejó en penumbras a la habitación. Y ante él apareció el fantasma de su santo padre para recriminarle: ¡Calzonazos! ¿No sabes, que los García nunca hemos regalado nada? ¿Qué clase de mantenidos somos?



Ejercicio encadenado o crimen perpetrado (como bien dice Ana) por: Elysa, Elena, Ana, Fran, José Luis y Nicolás, en este orden.

Deberes


Pasión apocalíptica

Rosacándida sobrevivió a la eclosión. El día que se encamó con Raimundo Mildedos, dejó de ser solterona y entera. Felizmente desfogada, vive entre rejas y el desgraciado, desintegrado, cría malvas.

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Este es el micro con el que he cumplido con los deberes de escribir un relato, de entre 25 y 30 palabras, en el que apareciera la palabra rosa, en la primera línea, y que tratara sobre el Apocalipsis. Micro mejorado, gracias a las indicaciones de Jose Luis y de Francesc.

12/11/2012

Ejercicio a seis manos

Los restos de la copa de vino tenían cierto sabor a almendras amargas. Mejor, si se lo tomaba su hermana. El único inconveniente estaba en que su hermana se encontraba, en ese instante, a dos mil kilómetros de allí, pero nada que no se solucionara con un teletransportador. Colocó la copa ahí y presionó el botón de envío. Y no llegó su hermana sino su cuñado, el que cada vez que se veían se le insinuaba.
-Hola, cariño, ¡cuánto tiempo! ¿Bailas?
-No, cariño, hoy no es tiempo de bailar, mejor bebemos y fornicamos. Aprovechemos.
Al fin alguien se bebió la copa de vino, mi marido se quedó con un par de narices. Él creía ya ser viudo.

(Crimen perpetrado, el 27 de noviembre, por Ana, Fran, Jose Luis, Nico, Ely y Elena. Que conste que, el orden de escritura, no altera el grado de culpabilidad)

11/30/2012

Relato dependiente

After Hours
Salieron de Yer Bombing. No podía más. La besó. Al final de la tercera campanada de la madrugada separaron sus labios.


—Lo necesitaba.
—Ya. No olvides hablarme al móvil. Bye.
—No. Hasta pronto.


Nunca le llamó.


Destino
Los proyectiles nazis sombreaban los edificios y calles. Uno impactó de lleno en el antiguo reloj. El estallido también destruyó la iglesia que lo sustentaba. Contrario a los deseos de su feligresía, tras la guerra se construyó en su lugar Yer Bombing, el bar que sería el más famoso de la ciudad.

Ejercicios de Fran

Estos son los dos relatos cruzados que presenté en la última sesión que tuvimos l@s Letras Zurdas. Los títulos corresponden a dos canciones de un mismo grupo de rock nacional. Partiendo de esos títulos, desarrollé los micros:


MIENTRAS TANTO
Siempre está cerca de un teléfono, tiene seis repartidos por toda la casa. Yo nunca, en los tres años que estoy yendo a limpiarle el jardín, he oído sonar ninguno. Ya no le gusta que lo vean en público, creo que evita mostrar el daño que el tiempo le ha hecho en esa cara de niño de piel lisa que siempre exhibió. Vive solo, cerca de aquí, y se maquilla hasta para sacar la basura por las noches. Su último ratito de gloria fue hace diez años, en esa serie en la que hacía de confidente de aquella policía negra tan alta. Verá Ud., señor periodista, yo creo que sobrevive gracias al dinero que le envía una hermana soltera que tiene en Boston; la misma que me paga a mí todos los meses. Mientras tanto, pasa los días esperando esa llamada de la productora que nunca llega. A veces pienso que ni siquiera tiene línea telefónica.

¡QUÉ DESILUSIÓN!
Ayer estuve escupiendo sangre otra vez, creo que estas serán mis últimas Navidades.
A las ocho, cuando han llamado para el primer recuento, aún estaba despierta. Este frío de mierda y estas fechas de mierda no me dejan dormir. La tercera Nochebuena aquí y cada vez es peor. ¿Dónde la habrá pasado él?, ¿con el abuelo?, ¿en el centro de acogida? Si me dejaran verlo, si quisiera escribirme…
Quería que fuese piloto de avión, él quería ser astronauta, como todos los chicos. ¿Y ahora qué?, ¿dónde va a llegar? Con suerte, si no le alcanza antes la droga, acabará como mi padre: de casa en casa de los blancos limpiando sus jardines de mierda.

11/29/2012

Ejercicios de Yashira

Aquí adjunto los microrrrelatos escritos por Yashira, que por razones geográficas no puede acudir presencialmente, pero que como Cabopá, forma parte activa del grupo "Letras Zurdas". Estos relatos recogen el reto  planteado por Fran Rubio, en cuanto a escribir dos historias independientes que tuvieran que ver la uno con la otra. 


S.O.S.
Urgencias se colapsa, necesitamos apoyo. No podremos atender a tantos pacientes como están llegando. Todos los “busca” de la ciudad suenan al unísono. Médicos, auxiliares, enfermeros, acuden a la llamada para intentar resolver el caos en el que se ha convertido el Hospital. Siguen llegando ambulancias, coches particulares, incluso a pié entran a borbotones los pacientes en busca de ayuda. La ciudad amanece como un campo de batalla, nadie sabe lo que está sucediendo. Las centralitas del teléfono de Emergencias, ya no pueden recibir más llamadas. El Ejército y las Fuerzas de Seguridad se han movilizado, junto 
a los Bomberos, para intervenir en la organización y atención primaria. Hoy el mundo no se acaba, hoy, el mundo se desangra.

EXTRAÑO SUCESO
Me levanto como siempre y miro el despertador que no ha sonado. ¡Qué raro!. Busco con los pies las zapatillas antes de ponerme la bata y desplazarme sin ganas hacia el baño. Otro día de trabajo, pero sin fuerzas; me he levantado más cansada de lo que me acosté, debo haber tenido una noche llena de pesadillas aunque no recuerde nada. Abro la ducha y tomo la toalla, la sensación de su tacto me agrada. Al mirar hacia el espejo un grito se escapa de mi garganta, mis ojos sangran, tiemblo petrificada, de mi cuerpo comienza a salir el rojo fluido, sin razón aparente. Reacciono y tomando el teléfono llamo al 112. Nadie responde y mi soledad pesa como montaña sobre mis hombros. Tomo conciencia del exterior, las bocinas y sirenas convierten la ciudad en un caos sonoro, mientras, como río sin fin, mi vida se derrama.

11/28/2012

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Para los amantes de los grímenes a lo Hermanos Grimm:

Tratado de Grimminilogía

Ejercicios de Cabopá

Aquí publico el ejercicio realizado por Cabopá, que por cuestiones geográficas, no puede acudir a las reuniones de "Letras Zurdas". Estos relatos cumplen con la propuesta lanzada por Fran Rubio en cuanto a escribir dos microrrelatos independientes que tengan relación uno con otro.

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Junto al mar

Mañana será el día elegido junto al mar, cuando apenas quede luz del sol. Y desde la orilla llegue la niebla, a mis pies. Quebrada quedará la tarde, aunque rebelde, el mar se acerque y me hable. Sin máscara, la mirada limpia, silente, sin credo. 




Lejos del mar

Quedarán las palabras arraigadas por el tiempo. Todavía retumba en mi cabeza como un disparo, aquel maldito día de golpe de timón, en el que la lluvia hizo desparecer tu retrato. Ni el piélago, ni el céfiro se lo llevarán de mi pensamiento. 

11/17/2012


Dentro del apartado "Deberes para casa", pego aquí como ejemplo de RELATOS CRUZADOS estos dos. Están escritos hace un par de años más o menos, cuando hice este mismo ejercicio en un taller, por lo tanto no valen "oficialmente" para presentarlos en el próximo encuentro. Los "buenos" estoy escribiéndolos hoy.


NO HAY QUE CONFIAR DEMASIADO EN LA DISTANCIA

Todavía falta mucho para llegar y tal vez se pueda arreglar por el camino –pensaba él. Todas las parejas tienen sus crisis, no es tan grave. Quizá si empiezo a soltarle el rollo del “voy a cambiar, te lo prometo” enfocado desde mi supuesta inmadurez, se puedan solucionar las cosas… Además, tenemos un hijo y es razón de peso suficiente como para seguir luchando juntos. Si planteo debidamente el conflicto y juego bien mis cartas, puede que no esté todo perdido; siempre he sido un buen orador y ella no es muy difícil de convencer…
Afuera, el viento seguía con su rumor.
Esto ya no tiene arreglo. Solo tengo ganas de llegar y acabar de una vez; poner tierra de por medio –pensaba ella. Son demasiadas cosas en poco tiempo, no aguanto más. Me siento vacía y no me quedan ganas ni fuerzas de mantener a flote una relación que me apaga y me condena. Y además, el muy cabrón continúa su rollo con Charo, se cree que no lo noto. Aunque me da lo mismo, ya no me importa lo nuestro; no queda ningún “nuestro” en realidad, esto está muerto. El chiquillo ya es lo suficientemente mayor para entenderlo y se dará cuenta de que lo mejor para los tres es que lo dejemos…”
Las hojas amarillas formaban grupos en los bordes de la carretera.
Voy muy bien de tiempo, de momento ha sido una noche con poco tráfico. A ver si aguanto un par de horas más hasta Ornade y allí paro a tomar un café diez minutos, y a las siete puedo estar de los primeros en el polígono para descargar… –pensaba el camionero mientras se le cerraban los ojos.
Hacía unos minutos que una lluvia fina mojaba el aire.
Cuando volvió a abrirlos, el coche ya estaba encima. Después el barranco, y después, nada. Los tres dejaron de pensar.
El viento, las hojas y la lluvia no modificaron su existencia.



NOCHE DE FLAMENCO

En el autocar había muchos asientos libres. A decir verdad, estaba prácticamente vacío, solamente viajábamos en él cuatro personas. Pero el viejo que acababa de subir se sentó junto a mí.
–Hola, me voy a sentar aquí contigo y así vamos charlando durante el viaje –dijo el hombre.
–Hola –dije yo.
Afuera, la oscuridad lo envolvía todo. La noche venía con prisa, como un tren en viernes. Se escuchaba el viento arañando el lateral del autobús que arrancaba sonidos mitad metálicos, mitad humanos.
–Eres muy joven para viajar solo, ¿no? ¿Cuántos años tienes?
–Quince –respondí. Era la verdad.
El anciano me preguntó si me gustaba el flamenco. Le dije que no y, a pesar de ello, comenzó a hablar de un tal “Lagartijo” y de un “Nosequién de La Puebla”. Yo intentaba no hacerle caso y miraba a través de la ventanilla como si pudiese ver otra cosa que no fuese el negro de la noche. Parecía que afuera empezaba a llover débilmente. Un cuarto de hora después, el hombre ya dormía. Creo que había dado repaso a todo el catálogo de figuras del flamenco, vivas y muertas.
Estuvimos mucho tiempo detenidos por un accidente. Al parecer, un turismo y un camión se habían precipitado por un barranco. El viejo no se enteró de nada, dormía. Al llegar a la ciudad lo moví para despertarle:
–Eh, señor, que ya hemos llegado.
Pero el hombre no se despertaba. Ya no despertó. El corazón, dijeron después los del SAMUR.
Esa mañana, cuando abrieron las tiendas, fui a comprarme un disco de flamenco, de un tal “Lagartijo”. Me sentía en deuda con el viejo, no sé por qué. En la calle llovía sin ganas. Después recordé que tenía que telefonear a mis padres, ya habrían regresado de su viaje. Últimamente los notaba un poco raros… 302

11/16/2012

Ejercicio a tres palabras


Lamentable espectáculo

En el escenario el mago caía derrotado una y otra vez por su torpeza ante un público exigente: los pingüinos del Polo Sur en su visita anual a Las Vegas. El Abracadabra no le funcionaba ni del derecho ni del revés. Para salvar a mi discípulo y la reputación del local, me toqué la nariz con el propósito de levantar una cortina de humo  y poder extraerlo de allí. Pero, cuando la claridad regresó me di cuenta de mi error: el público se había esfumado. ¡Y es que aún no controlo mis poderes!
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José Luis Sandín propuso realizar un microrrelato que contuviera: pingüino, nariz y Abracadabra.
Aquí dejo el resultado.

11/15/2012

QUIZÁS UN SUEÑO

A partir de las palabras propuestas por José Luis: Abracadabra - Pingüino - Nariz

Me picaba la nariz, mucho, un picor horrible. Hacía frío. Intenté caminar pero me habían crecido los pies. Apareció un pingüino, me dijo: ¡Papi, papi, papi¡
Yo eché a correr y me caí de bruces en el hielo. Al fondo vi un circo, me dijeron, corre, corre que llegas tarde. Y allí estaba el cabrón del mago de mi sueños de todas las noches para convertirme de nuevo en conejo.



Y este despropósito, el relato que salió de los deberes para casa.
La letra en cursiva es un anuncio de la tele.


No sé qué voy a hacer con todas estas manchas.
Cuando veo estos anuncios, me dan ganas de denunciarlos. Aunque, pensándolo mejor, me gustaría verlos en esta casa.
No te preocupes, con Quitalín Manchas oxiaction blanqueante con azulete explosivo, verás cómo desaparece.
¡qué graciosa la tía¡ Ya me gustaría ver lo que harían estas tipejas con las camisas que me trae el Manolo, con estas manchas de aceite. Parece que limpie el coche con los puños, el muy cabrón.
¡oh¡ si no lo veo no lo creo.
¡oh¡ ¡oh¡ ¡oh¡ mírala que mona, si no lo veo no lo creo. Estas van todas por casa como si se fueran a una fiesta. No sale ninguna con delantal, como yo, o como la Paqui, que esa también tiene tralla, con el Antonio. Al menos mi Manolo no tiene la mano tan larga. ¡Qué desgracia¡
Quitalín Manchas oxiaction blanqueante con azulete explosivo me ha salvado la vida. Mira ha quedado perfecto el vestidito de mi hija.
A ti te iba a salvar yo la vida, imbécil. Quisiera verte yo aquí, lavando a mano las camisas y los pantalones del Manolo, con el azulete explosivo ese. ¡Azulete explosivo! Ya no saben que inventar para tomarnos el pelo y que tengamos los armarios llenos de tonerías. ¡Tontalaba! Y de peluquería que va la tía, como yo, con estos pelos, que no me da el sueldo ni para el tinte. Y seguro que tiene una chica que le va toda la semana a limpiar.
Así podremos ir a la fiesta. ¡Gracias Quitalín Manchas¡
Lo dicho. Es para denunciarlos. Voy a poner los garbanzos a remojo


Porque llovía / Abracadabra-pingüino-nariz


PORQUE LLOVÍA
Un tanto intoxicado de tanta novela negra sueca, decidió salir a la ciudad un viernes por la noche. Cenó algo rápido y fácilmente olvidable y tras volver a sentir en el cuerpo la decepción de los espejos, bajó a la calle. Fiel a su hábitat, como toda especie animal, pronto se vio realizando un itinerario de bares-rock que casi había olvidado. Cuando empezó a llover entró en aquel tugurio nuevo, La Cámara,  y se sintió irreal. En la pequeña pista que ocupaba el centro del garito había una joven en silla de ruedas y una monja con zapatos de tacón bailando, “lascivándose” las miradas. Dedujo que eran gogós de la casa. Solitaria, en la mesa del rincón, prácticamente en semipenumbra, adivinó a una chica escribiendo: parecía que el amor llenaba su cuerpo. Pidió otra copa antes de terminarse la que tenía y supo que acabaría allí la noche.
Se encomendó a la Virgen de Los Desprecios mientras se acercaba a entablar no sabía muy bien qué con aquella chica. La canción que sonaba, Life on Mars?, le infundió fuerzas.
–¿Puedo sentarme? –preguntó.
–¿Cuál es para ti la mejor canción de Bowie? –dijo ella como respuesta.
–No lo sé. Quería estar contigo, ¿qué escribes?
–“Porque llovía”, una pequeña historia deshilvanada que se me ha ocurrido hace un rato. Tengo que pulirla.
–¿Me dejas que la lea?
Le pasó la libreta (verde, tapa dura, hojas lisas) y leyó lo que había escrito:
“Un tanto intoxicado de tanta novela negra sueca, decidió salir a la ciudad un viernes por la noche…”


Este es el relato que escribí en base al ejercicio propuesto como "deberes para casa", y el texto de aquí debajo es lo que se me ocurrió cuando hicimos el ejercicio "en directo" de las palabras abracadabra - pingüino - nariz:


Mi nariz estaba helada. Hacía un buen rato que parecía de metal. Solo faltaría ver un pingüino por aquí, pensé. Me había perdido en el monte, en un monte que conocía desde pequeño y hacía un rato que había caído la noche. Las temperaturas bajaron casi diez grados de golpe, como había vaticinado el hombre del tiempo. Además, en la cesta solamente llevaba seis setas. Busqué un sitio donde resguardarme, convencido de que me tocaba pasar la noche en la montaña. En ese momento me vino a la mente mi época de mago. Dije “Abracadabra”, pero el truco de la cama calentita no funcionó.

Película


Aquella tarde lluviosa me salvó la vida viajar en autobús. Mojado hasta los huesos subí en el 33 y fui afortunado al encontrar un asiento libre en la parte de atrás, aunque no fuese cerca de la ventana. Como me mareaba, recordé las palabras de mi madre para estos casos, y centré mi mirada al frente. Nada llamó mi atención hasta que poco tiempo después se situó delante de mí un señor trajeado, muy rubio y flaco, como las espigas de trigo del pueblo, que portaba una tableta digital entre sus manos. En ella me fijé, pues reproducía un video con plano subjetivo en el que se recorrían las calles mojadas de la ciudad. Sonreí  cuando la proyección se adentró en mi barrio, en mi finca. Intrigado, pude ver como ascendía las escaleras y se paraba en mi puerta, y aumentó mi curiosidad, cuando mi madre educadamente le abría y lo acompañaba al salón.  Ella se sentó frente a la cámara  y en ese momento en primer plano… ¡Grité!

Despavorido, me levanté de mi asiento y aprovechando que el autobús hizo una parada, me bajé corriendo sin mirar atrás. Aún no me explico cómo mis piernas me condujeron a casa en tan poco tiempo. Di gracias a Dios al encontrar a mi madre en la cocina y me resigné cuando no prestó atención a mi historia ni contada del derecho ni del revés. Eso sí, me abroncó por la humedad de mi ropa y me atiborró de tila y valeriana, para templar mis nervios. Lo logró hasta que el timbre de la puerta sonó y los volvió a reavivar. Me adelanté a mi madre para colocar mi ojo en la mirilla y petrificado quedé al distinguir la figura que tanto temía.  Ella, tan cándida siempre, me retiró de la puerta y me sustituyó en la observación. Sonrió y amenazó con abrir, pero no la dejé, agarrándola con todas mis fuerzas por sus brazos extrañamente manchados de rojo la derribé. No entendí, que en ese momento, se carcajeara como poseída por un chiste de Eugenio mientras pronunciaba «corten». Aún sigo sin explicármelo. Al final me tranquilizó escuchar los pasos  del espigado al descender por las escaleras. ¡Salvamos la vida! 

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Este relato es el resultado del ejercicio que nos propuso Fran Rubio, que consistía en escribir un relato que contuviese una historia paralela que acabase por mezclarse con el tema principal, o así intenté que fuese.

11/14/2012

Soy como tú

Llegamos a primera hora al centro de la Antártida. Solo nos extrañó que el sol también hubiera salido por el este, si acaso se pudiera hablar de tal punto cardinal en situación tan extrema.

El frío se nos colaba por la nariz, y a todos nos producía un escozor que nos recordaba al picor que produce la mariguana en la garganta y que te obliga a toser. En ese momento nos identificamos todos los integrantes de la expedición y sacamos nuestras provisiones y, una vez encendidas, las fuimos intercambiando. La del nepalí era la mejor, sin duda.

Nuestra segunda coincidencia en equipo fue que a los pocos minutos todos vimos a un pingüino, y todos coincidimos en que escribía sin cesar la palabra abracadabra. Despertamos entonces en las islas Caymán, nuestra última coincidencia, pues nos echamos al mar y nunca nos volvimos a ver.


Uno de los ejercicios de ayer era escribir en cinco minutos un texto que contuviera tres palabras, a saber: abracadabra, pingüino y nariz. A mi me salió el texto de arriba.

10/31/2012

Deberes para casa


Como quedamos, aquí pego a modo de ejemplo un relato que me salió el año pasado cuando hice el ejercicio propuesto para esta semana como "deberes para casa": metaliteratura, el relato dentro del relato.


11:19 Y yo era como cordero inocente que llevan a degollar, pues no entendía que maquinaban designios contra mí.
Con el primer sorbo del carajillo apareció la musa. Hacía mucho tiempo que no me visitaba, así que sin perder un segundo fui raudo a la habitación de escribir con la intención de plasmar todo lo que empezaba a invadirme. Eso sí, antes me terminé el carajillo.
Tomé mi bolígrafo especial de novela negra, el que usaba con más frecuencia, y enseguida comenzó el folio blanco a llenarse de palabras azules. La historia despertó mi interés desde el principio y quedé enganchado como un lector más, quería conocer el desenlace:
“Despertó Jeremías con la convicción de que el día anterior algo importante se le había quedado por hacer, más no era capaz de recordar qué. Desayunó rápido y bajó a la calle sin gastar los diez minutos que todas las mañanas demoraba en hablar con el tipo ese del espejo. No sabía adónde dirigirse, se dejaba guiar por sus pies que, al parecer, sí lo sabían. Jamás se había visto en una situación similar durante sus quince años como detective. En la primera papelería que le salió al paso entraron los pies de Jeremías para comprar un bolígrafo azul de esos que escriben rápido y un bloc apaisado sin rayas. En ese momento se sintió raro, con una sensación como de “misión cumplida” y regresó a su casa, ya mucho más tranquilo. Antes de introducir la llave en la cerradura notó que algo pasaba: la puerta estaba abierta, o mejor dicho, no totalmente cerrada. Y, sin embargo, yo he cerrado al salir, se dijo Jeremías, de eso estoy seguro. El reguero de sangre arrastrada por el pasillo le condujo hasta su habitación, donde yacía en una postura inverosímil Yasmina, su prometida. Tenía los ojos abiertos y su mirada era de incredulidad, totalmente absurda. Sobre el sofá del salón, igual de muerto y desangrado estaba Raspita, el famoso futbolista del Barça…”
Estaba escribiendo sin pausas, de un modo febril. Me sentía eufórico y como guiado por un ente invisible aunque presente que me dictaba las frases. Los folios seguían llenándose sin darme cuenta:
“…en un primer momento se quedó de piedra el detective, incapaz de reaccionar. Era a su novia a quién habían asesinado junto al futbolista aquel. ¿Quién?, ¿por qué? Si no he estado fuera de casa ni diez minutos, ¿cómo han podido ocasionar semejante desorden?, ¿buscaban algo? Y Raspita, ¿qué pinta aquí? Telefoneó a Homicidios y salió de casa como alma que lleva el diablo. Acababa de comprender qué tenía que hacer para resolver el caso. Bajó las escaleras de a dos y a veces de a tres. Tuvo suerte con los taxis y pasó uno libre en ese momento. Dio al taxista la dirección que años antes se aprendiera de memoria y se conjuró en silencio para que hoy no hubiese mucho tráfico, por favor…”
La mano me temblaba al escribir de aquel modo. Noté que incluso estaba sudando, pero no podía parar, la historia me arrastraba arrolladoramente. No sabía cuánto tiempo llevaba escribiendo, aunque debía ser mucho porque el bolígrafo, mi boli especial, se había quedado sin tinta, justamente cuando llamaron a la puerta. Por el pasillo tuve la impresión de que hacía un buen rato que estaba sonando el timbre. Al abrir, allí estaba mi amigo Jeremías, el detective:
- Aquí tienes el boli, continua escribiendo… quiero descubrir al asesino.

Posibilidades

Acaso el beso le causara excitación, un escalofrío de placer que le recorriera la espalda; la respiración se le acelerara hasta el sudor./

Acaso las caricias la estremecieran, pero los recuerdos la despertarían de su ensoñación./

Acaso el ocaso podía apagar el mundo y encender el sueño./

Acaso el beso fuera mudo y la amordazase de por vida./

—Jacinto, ¡haz caso! —gritó mi madre—. Deja de escribir en mis libretas y ve de una vez al súper a comprar huevos./

¡Chof! En este mundo no hay poesía, las madres solo saben clavarte en tierra y mostrarte la cruda realidad./

¿Acaso no es verdad lo que digo? Mañana dejo la escritura y me dedico a la escultura, que es donde se conoce la verdadera anatomía humana. ¿Acaso será en mi casa?




Este exquisito cadaver lo escribimos cronológicamente entre yo/ Ana/ Gala/ Eva/ Fran/ Elysa/ y Nicolas, ayer martes 30 de octubre. Por suerte, no pensamos en escribir nada sobre los jálohuins :-)

10/29/2012

Relatos del 16 de octubre


Publico los dos relatos que escribimos en "Letras Zurdas" la tarde del 16 de octubre. El que sigue a continuación respeta la condición de hilvanar una historia con la primera frase, que es el nombre de nuestra reunión, y además de forma espontanea con cinco minutos de escritura.
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Letras zurdas fueron las que se plasmaron en aquel cartel iluminado a media luz de motel de carretera. Allí tu madre reinaba detrás de la barra y tu padre ejercía de matón. Tus hermanas buscaban clientes. No me preguntes cómo las reconocí y por qué fui a parar aquel rincón. Pero estoy seguro que los García, en conjunto, regentan el mayor “puticlub” de la comarca. Y no es que tenga nada en contra, que podría, pero odio la hipocresía que os gastáis. Porque de una hija católica y apostólica que defiende los valores morales hasta el extremo de aislar socialmente a los “impuros” que denomináis, no es de recibo que de noche se lucre con el pecado. Y ahora permíteme que te diga lo que con tantas ganas tenía de exclamarte: —¡Hija de puta! Sin acritud y con todo el cariño del mundo. A mí si quieres puedes seguir llamándome el “hijo de la soltera”.



Este relato sigue las consignas lanzadas por Mª Angeles de hilar una historia con las palabras: "tren y fuego".
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En la estación central nadie dispone del fuego que yo deseo. El que ando buscando debe ser autentico, grande y que enfríe el alma. Ah, que no me he presentado, soy el fantasma de las noches nevadas, ¿y qué hago por aquí? Diría que nada, pero mentiría, la verdad es que mi función desde que estrené mi nueva condición es incordiar. Fui yo el que explosionó la Torre Eiffel, el que lesionó a Ronaldo o el que mató al rey. Yo solo busco mi minuto de gloria, pero de forma anónima, no vayan a descubrirme. Hecha la presentación continuaré. Ahora estoy esperando el tren, el de las cinco, con el único propósito de mostrarme ante la mujer que tanto me quería y a la que le prometí amor eterno, para confesarle que la engañé hasta con la panadera, la virgen del pueblo y con su madre. No quiero ni imaginar que cara pondrá. ¿A qué soy un buen fantasma, verdad?

10/25/2012

El nombre de este blog

El pasado 16 de octubre, ultimando los detalles de este blog, convinimos en que se llamaría Letras Zurdas. Y ya puestos a trabajar, pensamos que como primer ejercicio escribiríamnos en cinco minutos un texto que empezara con Letras zurdas.

Mi mano fluyó a:


Letras zurdas me asaltaron de madrugada, cuando la luna reía aún. Querían que las llevara a la cama, pues la juerga había sido a muerte, aunque la palidez de sus rostros más bien emanaba felicidad.

Sin muchas ganas de seguirles el rollo, les dije que sí, y antes de un minuto, el cosquilleo que había por todo el cuerpo me hizo saltar de la cama, coger un boli y escribir como desesperado.

Al volver al aposento, mis amigas se habían ido, y solo escuchaba sus carcajadillas a lo lejos. Dormí, y a mediodía desperté con la impresión de haber vivido un sueño feroz.

Fui a mi mesa de trabajo y ahí estaban los folios, cubrían la mesa, algunos por el suelo. Lo había hecho, tenía mi obra maestra, mas no había reparado que el boli era mi gran corrector blanco.



Más tarde, el nuevo ejercicio debía contener un tren y un fuego (¿un tren en llamas?), palabras que nos propuso Ángeles. El par de palabras me dio para recrearme en imágenes:

La escarcha se deslizaba por los tejados del pueblo. A lo lejos se confundía el humo del tren con el paisaje más lejano. El invierno llegaría dentro de poco con sus pasajeros de toda la vida, aquellos hombres y mujeres, y sus niños, que vienen huyendo del fuego.

El graznido negro rompe los pequeños cristales de hielo. Su pico se rodea de un vaho que me recuerda los días de fumador. Me sirvo otra copa, entro en calor. Las vías deberán estar limpias para cuando llegue el cambio de estación. Ya suena su pitido y yo sin lograr desentumir mis huesos.


FIN al 16 de ocubre mío.

10/21/2012

Resultantes del día 16 oct

En el último cónclave celebrado por Letras Zurdas se propusieron un par de ejercicios más, aparte del "microzurdo" encadenado. El primero consistía en escribir de forma instantánea, sin pararse a pensar, una historia que comenzase con las palabras LETRAS ZURDAS.
En el segundo se propusieron dos palabras, FUEGO y TREN, que debían estar incluidas en el relato resultante, también de un modo instantáneo, improvisado, hasta que se escuchase la palabra TIEMPOOOOO.
Esto es lo que me salió (lo siento):

 Letras Zurdas vino a reunirse en el punto acordado dos minutos antes de la hora convenida. Allí estaba ya Cara Larga y Mano Loca, los dos impulsores del grupo, que trataban de ganar para la causa a tres o cuatro adeptos más. ¿Cuál era la causa? Ni ellos mismos lo tenían claro, pero, al parecer, estaba relacionada con un atraco infalible a una sucursal de pueblo.
Cara Larga era un seguidor empedernido de las películas de Tarantino y, sobre todo, de Reservoir dogs,de ahí la parafernalia del nombre en clave (con claras sugerencias indias).
Mano Loca era el más joven, aunque todavía faltaban por llegar dos más, desconocidos de todos excepto de Cara Larga.
Quienes hicieron su aparición dos minutos después de la hora H fueron Pistola Corta y Cara Saco, la conocida pareja de guardias civiles.

Y el otro:
El mosquito no hacía más que joder la marrana. De todos los pasajeros de aquel vagón, parecía cebarse solamente conmigo. Harto de soportarlo, le pedí fuego al anciano que estaba sentado junto a mí. A pesar de que me recordó que estaba prohibido fumar en el tren, me lo dio. Me encendí el cigarro esperando que apareciese el guarda de seguridad, pero llegué antes a destino. Cuando subí al coche, que tenía aparcado en la estación, allí estaba el mosquito. Era él, nunca olvidaré su cara.

10/20/2012

Encadenado libreta de Elysa



Heredé un reloj de cuco, era el mayor tesoro de mi abuela, siempre dijo que era mágico/ Un buen día encontré la llave de la cuerda y lo puse en funcionamiento.
—¡Cu!¡Cu!
Y el salón se transformó en un bosque/rosado del que emanaron flores de colores y un sol brillante que quemaba. No le di importancia y me desnudé para disfrutar de él./ Ante mí un hermoso lago de agua cristalina, el sonido de los pájaros ponía la música en aquel hermoso paisaje que tenía ante mis ojos. Pensé que nadie me observaba./
Pero sí, el pajarraco que daba las horas salió de su escondrijo y con una voz muy parecida a la de mi abuela me dijo.
—¡Vístete ahora mismo, desvergonzada!
Decidí que la herencia estaría mejor guardada para siempre en ese altillo al que nadie tendría acceso.


Encadenado bastante loco ¡lógico! por este orden: Elysa, José Luis Sandin, Nicolás Jarque, Mª Ángeles Martínez y Ana Crespo Tudela.