Acaso el beso le causara excitación, un escalofrío de placer que le recorriera la espalda; la respiración se le acelerara hasta el sudor./
Acaso las caricias la estremecieran, pero los recuerdos la despertarían de su ensoñación./
Acaso el ocaso podía apagar el mundo y encender el sueño./
Acaso el beso fuera mudo y la amordazase de por vida./
—Jacinto, ¡haz caso! —gritó mi madre—. Deja de escribir en mis libretas y ve de una vez al súper a comprar huevos./
¡Chof! En este mundo no hay poesía, las madres solo saben clavarte en tierra y mostrarte la cruda realidad./
¿Acaso no es verdad lo que digo? Mañana dejo la escritura y me dedico a la escultura, que es donde se conoce la verdadera anatomía humana. ¿Acaso será en mi casa?
Este exquisito cadaver lo escribimos cronológicamente entre yo/ Ana/ Gala/ Eva/ Fran/ Elysa/ y Nicolas, ayer martes 30 de octubre. Por suerte, no pensamos en escribir nada sobre los jálohuins :-)
7 comentarios:
Acaso, sin drogas ni sexo, lo pasamos genial.
Mira que empieza bonito, pero ¡claro! Entre Fran, Nicolás y yo lo acabamos arreglando…
Besitos
Tienes razón, joseluis: no se nombró para nada el jalohuin.
Muerto y bien muerto dejamos tu exquisito cadáver, como bien dice Elysa.
Abrazos
¿Seguro que no hubo nada de eso? Yo recuerdo un consolador que no dejó de dar vueltas toda la tarde... y además, creo que el café tenía algo (¿ron?).
Lo que es cierto es que lo pasamos genial.
Independientemente del curso, me pare muy exquisito, vaaaaale, quiero decir que me gusta mucho :-)
Abrazos.
Por lo que leo, me perdí un buen momento literario... Espero a la próxima para recuperarlo... Tambien deciros que no puedo dedicar tanto tiempo como me gustaría a este blog pero prometo colaborar en todo lo que pueda. Un abrazo
Pobre beso!!!
Cómo lo dejamos...
Doy fe de que el delirio fue sólo producto de unas mentes fértiles.
Fue un placer compartir con vosotros aquella tarde de lluvia y letras.
Un beso.
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