Publico los dos relatos que escribimos en "Letras Zurdas" la tarde del 16 de octubre. El que sigue a continuación respeta la condición de hilvanar una historia con la primera frase, que es el nombre de nuestra reunión, y además de forma espontanea con cinco minutos de escritura.
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Letras zurdas fueron las que se plasmaron en aquel cartel
iluminado a media luz de motel de carretera. Allí tu madre reinaba detrás de la
barra y tu padre ejercía de matón. Tus hermanas buscaban clientes. No me preguntes
cómo las reconocí y por qué fui a parar aquel rincón. Pero estoy seguro que los
García, en conjunto, regentan el mayor “puticlub” de la comarca. Y no es que
tenga nada en contra, que podría, pero odio la hipocresía que os gastáis.
Porque de una hija católica y apostólica que defiende los valores morales hasta
el extremo de aislar socialmente a los “impuros” que denomináis, no es de
recibo que de noche se lucre con el pecado. Y ahora permíteme que te diga lo
que con tantas ganas tenía de exclamarte: —¡Hija de puta! Sin acritud y con
todo el cariño del mundo. A mí si quieres puedes seguir llamándome el “hijo de
la soltera”.
Este relato sigue las consignas lanzadas por Mª Angeles de hilar una historia con las palabras: "tren y fuego".
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En la estación central nadie dispone del fuego que yo deseo.
El que ando buscando debe ser autentico, grande y que enfríe el alma. Ah, que
no me he presentado, soy el fantasma de las noches nevadas, ¿y qué hago por
aquí? Diría que nada, pero mentiría, la verdad es que mi función desde que
estrené mi nueva condición es incordiar. Fui yo el que explosionó la Torre
Eiffel, el que lesionó a Ronaldo o el que mató al rey. Yo solo busco mi minuto
de gloria, pero de forma anónima, no vayan a descubrirme. Hecha la presentación
continuaré. Ahora estoy esperando el tren, el de las cinco, con el único propósito
de mostrarme ante la mujer que tanto me quería y a la que le prometí amor
eterno, para confesarle que la engañé hasta con la panadera, la virgen del
pueblo y con su madre. No quiero ni imaginar que cara pondrá. ¿A qué soy un
buen fantasma, verdad?
2 comentarios:
¡Qué regustos! el leer de nuevo este par de textos. Se disfrutan más desde la distancia, recuerdo con añoranza el momento de su lectura, tu lectura que se puede calificar de todo, menos de fantasma :-)
Ya casi es mañana :-)
Un abrazo.
Estoy con Joseluis la verdad, es que son muy divertido, muy de tu estilo y al leerlos otra vez se disfrutan de nuevo.
Besitos
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